jueves, 30 de abril de 2015

La Era de los Prodigios.


Tres añitos esperando la secuela y al final llegó. El cine a revosar. La cola para sacar la entrada larga a hora y media de la primera sesión, y mi mujer pensando que no iba a haber nadie tan temprano. 

Obviamente, el primer visionado hay que hacerlo solo para que no te inerrumpan cada tres minutos preguntando por la relación de unos personajes con otros. Mi mujer y mi hija son las personas más importantes en mi vida pero  son mejor compañía la segunda vez que ves la peli. Porque ésta, como la primera, es de las que irás a verla dos veces al cine y comprarás el bluray.

Ya lo dice el Dr. Cooper (Sheldon): "El apellido Whedom es sin duda sinónimo de calidad..." Y aunque no llegue a ser perfecta, sobre todo para los puristas, no desmerece en absoluto la primera entrega. El equilibrio entre las actuaciones, los numerosos cameos de otros personajes del sello y, sobre todo, un gran guión y una impecable dirección, hacen que la fábrica de hacer dólares siga funcionando. Las escenas de acción están perfectamente coreografiadas, lo cual en mi opinión es de gran mérito cuando tienen que interactuar tantos personajes a la vez, y los gags humorísticos suelen ser muy buenos aunque haya un par de ocasiones en que caigan en lo fácil. Tiene momentos en los que logra sorprenderte y acostumbra a jugar con la complicidad del espectador. No respeta en ocasiones la historia establecida en los cómics, pero creo que es algo que puede perdonársele cara a obtener un mejor producto cinematográfico, aunque yo en este caso no esté muy de acuerdo. 

Con todo, excluyendo a mi madre y abuelas, las mujeres de mi vida no quieren perdérsela y yo, que no puedo con las atasquerías, voy a tener que volver y acompañarlas (guiño, guiño, codazo, codazo).

No lo dudes ni por un momento. Ésta es una película que tienes que ver sí o sí.
 A disfrutarla.

P.D: No hace falta que te tragues los trece últimos minutos de créditos; solo hay una escena extra.



domingo, 19 de abril de 2015

Minuscule.



Hace unos días nos dejaba Herb Trimpe. Hoy, no puedo por menos que
acordarme de otro grande del cómic, aunque no llegara nunca a 
conocerlo. Se te echa de menos, maestro Giraud.

miércoles, 15 de abril de 2015

Herb Smash!



Hoy no tenía pensado escribir nada en el blog, pero a veces te encuentras con noticias que ponen tu mundo del revés, ante las que no puedes pasar de largo como si nada, y que te invitan a realizar un comentario a modo de katarsis y agradecimiento por todo lo recibido.

Cuando he abierto el facebook, como cada día, me he enterado del fallecimiento de Herb Trimpe. No puedo decir que fuésemos amigos. No puedo decir tan siquiera que fuésemos conocidos, porque sólo coincidimos una vez en Madrid en el Expocomic del año 2012.

Lo que sí puedo decir es que percibía a esta persona como parte de mi vida, por el amor al comic que tanto demostró y que hasta el día de su muerte compartimos. Él como profesional, y yo como admirador de su arte. Él como cocreador de historias, y yo como espectador atónito ante tanta maravilla.

Su historia quedará por siempre unida a la definición gráfica de un personaje hoy en día icónico: Lobezno. Para mí, su recuerdo evocará la magia con que llenó la imaginación de un niño que por aquel entonces empezaba a descubrir la complejidad emotiva de un monstruo de piel verde, más allá del relato de sus proezas físicas. Muchos son los autores que han dado, dan y darán (espero) una visión tan buena o mejor del personaje que por entonces respondía al nombre de “La Masa”. Pero sólo uno de ellos, tú Herb, consiguió abrir el corazón de ese chaval para llenarlo por completo de fantasía y aventuras, hasta el punto de no concebir su existencia de otra manera, casi cuarenta años después de todo aquello.

No puedo por menos que dedicarte unos minutos de mi tiempo, insuficientes sin duda, para intentar comunicar más torpemente de lo que a mí me gustaría en este humilde espacio, lo que para mí supuso tu figura como artista y para agradecerte los pocos momentos que compartimos cara a cara, y los muchos que disfrutamos a través de las páginas de tantos y tantos comics magistralmente dibujados. 

Con tu marcha, casi como un homenaje a ese tiempo, no es Hulk el que aplasta. Esta vez es Herb Trimpe el que nos deja machacados.