jueves, 14 de agosto de 2014

SDCC 2014: Tintin en América.








Ya recuperado del trasiego de un viaje que me mantuvo 24 horas y media de avión en avión, y de avión en tren hasta llegar a mi casa en Almería, llegó la hora de hacer balance y relatar algunas de las cosas que allí ocurrieron.

Antes de nada, indicar que mi periplo por la San Diego Comic Con 2014 (SDCC 2014), comenzó en el aeropuerto de Dallas y terminó en el de San Diego.

En el primero, reconocí a un “casual” Chuck Dixon vestido con pantalón corto, camisa estampada al uso de, pónganse en pie por favor, George Pérez y sombrero claro de ala ancha.Estaba haciendo tiempo hasta la hora de embarque.

Ni corto ni perezoso,y una vez comprobada su identidad con la app oficial del evento, que por cierto ha resultado ser una verdadera maravilla, herramienta insustituible para saber dónde y cuándo acudir a los sitios, me acerqué a él con mi cómic de “El Abogado del Diablo”en mano, cuya portada podéis ver aquí mismo.


-“Disculpe, ¿es usted Chuck Dixon?”.
-”Sí, soy yo””.
-”Es un placer conocerle. Me llamo Jesús Arriaga; un fan español de su trabajo. ¿Le importaría firmarme el cómic?”.
-”En absoluto, faltaría más. ¿te diriges a la Comic Con?”
-”Sí. Es mi primera vez, y para mí es todo un sueño hecho realidad...”.
-”Pues espero verte allí en alguna de las charlas. También estará Nolam como invitado”
-”Lo sé, lo sé, está en mi lista. Nos vemos Sr. Dixon, ha sido un auténtico honor”.
-”No, el placer ha sido mío”.

Y así, obtuve el primer autógrafo, encima con dibujo, de este prestigioso guionista. Posteriormente, Graham Nolan, completaría la dedicatoria.

El viaje de ida resultó incómodo. La temperatura en la cabina del 777 que me condujo hasta Estados Unidos era demasiado baja y tomé nota para la vuelta.

Desde la salida, tuve que pasar por varios controles para asegurarse de que no era un terrorista, respondiendo a preguntas del tipo: “Por favor, nombre uno de los objetos punzantes que lleva usted en su equipaje”que yo, con cara de no haber roto nunca un plato, contestabas con un: “No llevo ningún objeto punzante en mi equipaje...”.

Pero sin duda, la pregunta más sorprendente para mí me la hizo en Dallas el agente Ríos, cuando en la aduana de Dallas me dijo:

-”¿Cuál es el motivo de su visita a los Estados Unidos?”.
-”Vengo a la Comic Con de San Diego”.
-”¿ La Comic Con? ¿Qué es eso?

El caso es que, tras unos pocos controles más, llegué a La Meca del Cómic. Es difícil describir la sensación al contemplar el “sky line” nocturno de la ciudad. El taxista, muy amable, me condujo hasta mi hotel, un “resort”, o sea, el típico apartahotel que vemos en series como “Me Llamo Earl”.

Cansado, muy cansado, pero a la vez con mucha ilusión, me acosté dispuesto a tomar al asalto el Centro de Convenciones por la mañana. El día comenzaría a las 6:30 a.m, y me esperaba el paraíso de los frikis.

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