lunes, 18 de agosto de 2014

SDCC 2014: Thursday (I)



Ocho y veinte, en el Sailor Pabillion. La situación con la que sólo me había atrevido a fantasear hasta ese momento se hacía realidad. ¿Y ahora qué? Eso ya estaba más que planificado. Saqué mi móvil y comprobé en la app la hora de inicio de mi primera opción para esa mañana: “24”. Conocer a Jack Bauer o, al menos, tenerlo cerca, era el primero de una larga lista de propósitos en aquellos cuatro días de ensueño. 

No tardé mucho en localizar la Ballroom 20, una enorme sala perfectamente habilitada, en la que tendrían lugar muchas de las presentaciones que, por una razón u otra, no cabían en el Hall H. Muy amablemente, una cadena de voluntarios indicaba el lugar al que dirigirte. El último, te entregaba una tarjeta como la que habéis visto arriba. Y esperé. 

A la entrada, repartían a los asistentes una bolsa-mochila decorada con publicidad de las series que se presentarían en la Convención y que incluía un programa detallado del evento y un libro recuerdo, cuya portada, obra de Jim Lee, hacía referencia al 75º aniversario de la creación de Batman

Tuve tiempo de hojear bien el programa y de tomar algunas fotos de las espectaculares vistas de la bahía y el puerto deportivo, colindantes al Centro de Convenciones. En el paseo, se distinguía una imagen de Godzilla a tamaño ¿real?, que promocionaba el estreno de su próxima película.



Una espera es una espera. Sin embargo, el entorno físico y emocional de aquella fue diferente. A punto de entrar y conocer de primera mano lo que se sentía en un acto organizado por la Comic Con, los noventa minutos que restaban hasta el inicio no se hicieron demasiado largos. De hecho, la cosa funcionó muy bien en este sentido porque, una vez que te ponías a andar, unos veinte minutos antes del comienzo, ya no dejabas de moverte. 



La marcha era bastante fluida y llegó el momento de atravesar la puerta de la sala. Sentado a unos treinta metros del escenario, las luces se atenuaron y, en las enormes pantallas laterales y con sonido envolvente de gran calidad, comenzó la proyección del tráiler promocional de la última temporada de 24: Live Another Day. Los allí reunidos, experimentamos un fuerte estallido de euforia difícil de describir, que aún hace que se me ponga la piel de gallina al rememorarlo.

La luz volvió a la sala, y recibimos entre vítores y aplausos a John Cassar, director y productor ejecutivo de la serie, que iba a ser el encargado de conducir la charla con su actor protagonista. Tras una breve presentación y enmedio de una gran ovación que hizo palidecer la anterior, recibimos a Kiefer Sutherland, aka Jack Bauer.


Y allí estaba. Vestido con un jersey fino de pico color azul celeste sobre una camiseta blanca y unos vaqueros de un tono beig pálido, tomó asiento mientras agradecía de manera sencilla la enorme acogida que le habíamos brindado sus fans.

John Cassar hizo una breve introducción de lo que había sido rodar en Londres y, en seguida, comenzó la charla, en la que Jack, esto… Kiefer Sutherland, se ponía en situación y comentaba de manera relajada, buscando encontrar cierta comodidad en una situación en la que eres el centro de atención de miles de personas que admiran tu trabajo. De manera distendida y preguntado por su interlocutor, el actor empezó a comentar alguna de las anécdotas acontecidas durante el rodaje de la temporada. Por ejemplo, cómo era rodar frente a tres mil personas en las calles de la capital británica y los inconvenientes que esto a veces presentaba para sus ciudadanos, “bien conocedores de sus derechos”, según relató.

-“…Y cuéntanos: ¿cuál fue para ti la situación más difícil en el rodaje?”

-“Bueno…Si bien es cierto que las exigencias físicas de una serie de acción, en la que constantemente te ves envuelto entre tiros y explosiones, lo cierto es que, quizá fuese una de las escenas románticas de la serie. En ella, tenía que besar a la chica de forma apasionada. El problema era que su novio, un armario de metro noventa, se encontraba a pocos metros en el set de rodaje”.

-“Sí, ya recuerdo aquello”.

-“ Y encima, el director insistía en volver a repetirlo en varias tomas…”


Anécdotas como ésta hicieron las delicias de los allí reunidos y, cómo no, también llegó el momento en el que el público pudo hacer sus preguntas.
Fue una bonita manera de comenzar en la Comic Con. El resto del día, me dediqué a hacer labores de exploración por la zona de los “exhibitors”, que me iban dejando con la boca cada vez más abierta conforme me iba moviendo por allí.








Para finalizar la jornada, acudí a la charla sobre otras formas de hacer cómic digital, enmarcada en la categoría “How-To”, y titulada “ Break into Digital Comics using the Motion Book Tool at Comic-Con”. Fue conducida por Dave Gibbosns y, aunque Bil Sienkiewicz no pudo acudir a la misma a pesar de estar anunciado como invitado, lo cierto es que resultó bastante interesante.



Pero, en el lapso de tiempo intermedio, tuvo lugar el momento más impactante de todo mi viaje, y que sin duda recordaré hasta el día en que me muera. A las 3:30 p.m, en la “6BCF room “, entraría en contacto con la mayor reunión de talentos a la que me he enfrentado jamás, en una charla enmarcada en las que tendrían por objeto conmemorar los 75 años del Hombre Murciérlago y cuyo título describiría perfectamente lo que allí iba a encontrar: “Legends of The Dark Knight”.




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