jueves, 30 de mayo de 2013

El Fundamentalismo en los Comics.


 Cuando apartas la cabeza de situaciones que requieren un análisis, y te dejas llevar única y exclusivamente por el corazón, amigo, entonces tienes un problema.

El fundamentalista reacciona así ante la más mínima crítica hacia aquello en lo que deposita su confianza, creencias y aspiraciones. Un fundamentalista es, en sí mismo, una persona apasionada ; lo cual, a priori, no es algo malo. Pero sí se vuelve muy dañino cuando esta pasión se inmiscuye en los dictados de tu pensamiento, usurpando tu capacidad de raciocinio y tomando el control sobre acciones que requieren de una reflexión. 

A pesar de vivir los tiempos que vivimos, las personas a veces no muestran el menor reparo en casarse con "ideas" que han sido formuladas con escasa o ninguna lógica. Y es entonces cuando su defensa, a través del ataque al que le interpela, se vuelve una actitud cuando menos inconveniente y a menudo peligrosa.
Por el último ejemplar de este cómic, estuvieron a punto de acabar a puñetazos en una librería granadina.

El fundamentalista renuncia a su racionalidad por una "bandera" que acepta como pura e infalible. Y hasta en situaciones que nada tienen que ver con la religión, como es el deporte o el arte, hacen gala de una fe que ya la quisieran, por resultar más necesaria, en otros aspectos en los que nos jugamos el ser o no ser como personas. Porque, y aquí aparece el problema, toda la defensa que realizan de su "oscuro objeto del deseo" está basada en una creencia. Por tanto,  en un sentimiento.

Querer imponer a otro tu manera de sentir es algo ilógico e inadecuado ya que los sentimientos no se eligen. Bien está que nuestras cabezas acostumbren a hacernos el favor de filtrar la realidad, para así no llegar a cometer errores que atenten directamente contra lo que consideramos nuestra esencia y que otros llaman integridad. Por tanto, renunciar a esta "espoleta de salvaguarda" de manera voluntaria rara vez puede terminar bien.

Esto lo vemos en el fútbol, asociado a cuestiones religiosas y, como no,  también en el mundo del cómic. Numerosos fans hacen de una editorial, un autor o un personaje un"referente espiritual". Y, si no lo has vivido ya lo vivirás, hace que se produzcan situaciones realmente lamentables donde personas con una sensibilidad y una formación académica importante, pueden llegar a perder los papeles de la manera más absurda. Algún día tendré que hablar de una manera más directa de aquello a lo que me refiero.

Defendiendo la integridad de esta serie, tuve una acalorada discusión con un conocido bloguero. Tranquilos, no llegué a perder los papeles.

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