domingo, 15 de julio de 2012

Internet no es el problema.

En numerosas ocasiones hemos escuchado referido a éste y a otros medios que el "mal uso" de Internet origina  graves problemas económicos a los artistas y a las editoriales, u otras industrias relacionadas generalmente con el ocio. El hecho de que haya un número de personas considerable que descargue ilegalmente todo tipo de contenidos, supone una amenaza a la continuidad de la producción de los mismos, es lo que se nos repite hasta la saciedad. De esto, habría mucho que decir.

Sin entrar en las cuestiones legales y éticas que presenta está realidad, si me gustaría comentar algo basado en mi propia experiencia.

 En unas cuantas ocasiones han llegado a mi poder versiones digitalizadas de comics que me interesaban y que, por controlar un poco el gasto, no compraba en su momento. Como en todo, unos eran de mi gusto y otros no.  ¿He causado un perjuicio a su autores al leerlos de esta manera? Deja que termine de contarte la historia.

Uno de esos comics fue  Battler Britton, de mi admirado Garth Ennis y Colin Wilson en la parte gráfica. Es una historia ambientada en la II Guerra Mundial; una unidad aérea aliada opera en el norte de África enfrentándose a las dificultades que ocasiona el tener que combatir contra un ejército enemigo superiormente equipado. El tema es que comencé a leerlo en el ordenador y, tras dos capítulos, me quedó muy claro que este cómic tenía que acabar engrosando mi ya bien nutrida colección. Dejé de leerlo hasta que lo encontré en papel así que, lo que ocurrió fue todo lo contrario que  cabía esperar en un primer momento.

Compré un cómic que, en  principio, no tenía intención de comprar y, en cuanto a aquellos que empecé a leer pero que no me gustaron, me supuso un ahorro importante al evitar que comprará algo de baja calidad.

Esto no ha sido un caso aislado. La serie Ultimate Spiderman (volumen 1) la leí en el ordenador pero, al igual que antes, si el tebeo es de calidad, la consecuencia ineludible es que acabar comprándolo. Y en eso estoy ahora. Adquiriendo los números actuales y antiguos de algo en lo que, de otra forma, nunca hubiese gastado mi dinero.

Juzga tú mismo. Si de verdad se pretende una mejora en la industria traducida en un aumento de ventas, será mejor que dejen de culpar a unos y a otros de una realidad que tiene más que ver con los excesivos precios de portada que con otra cosa.


Una vez un amigo y colega me dijo que él siempre había sido amigo de los tebeos hasta que los tebeos dejaron de ser amigos suyos, refiriéndose a este aspecto. Los señores empresarios responsables de los precios y otras decisiones, deberían tener muy en cuenta que vender más barato equivale a vender a más personas y, por tanto, a la consecución de mayores beneficios. Esto lo sabe mi niña de seis años, que no posee ningún tipo de conocimientos sobre el funcionamiento de los mercados, ni tiene idea de qué son la oferta y la demanda. Seamos un poco más sensatos; no es tan difícil.

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