sábado, 7 de abril de 2012

La Ternura también vende.


 Hace ya 17 años que se publicó la última tira de Calvin & Hobbes. Su creador, Bill Watterson había quedado exhausto tras diez ininterrumpidos años de creatividad desbordante publicada en periódicos y dominicales. Eso, y sólo eso, hizo que pusiera fin a las aventuras de un niño de 6 años y su peluche, amigo imaginario inseparable que aportaba una nota de cordura en la frenética actividad de un niño de su edad.

Última página dominical, publicada en 1995.

 Aquí la genialidad de las historias no reside en complicados tramas y personajes difíciles de predecir. En esta tira, el autor, persona íntegra donde las haya, que dejó de percibir muchos cientos de miles de dólares al negarse a transformas sus creaciones en objetos de merchandising, centra su creatividad en transmitir al lector lo mejor de la infancia. Imaginación, vitalidad, la fidelidad y complicidad que encontramos en una amistad verdadera, personalizada en este caso en su fiel tigre de peluche…en definitiva, en la felicidad de haber tenido una infancia normal.

Y ahí es donde reside el éxito de la tira. Porque, al fin y al cabo a ti y a mi, amigo mío, nos encantó ser niños.

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